La carrera discográfica de Benny Moré, el cantante popular más emblemático de Cuba en el siglo XX, suma alrededor de 200 números, de los cuales solamente unos cien han salido en CD entre Cuba, Puerto Rico, México, Colombia, España y Estados Unidos.
Cuba comenzó a comercializar discos compactos con regularidad a inicios de los años noventa y, como era de esperar, la demanda por escuchar la voz y la banda del Benny, en este nuevo soporte, no se hizo esperar. Afortunadamente, grabó bastante con la RCA Victor (hoy BMG Internacional). Su música ha comenzado a pasar del LP de vinilo al CD de manera bastante lenta.
La mayor parte de la crítica especializada coincide en que el Benny sigue siendo el mejor intérprete de boleros cubanos y el sonero más emblemático, además de, junto a Pérez Prado, ser el más ilustre exponente del bolero-mambo y padre indiscutible del fenómeno salsa en todas sus variantes. Me atrevo a asegurar que también la timba le debe mucho, no sólo por la herencia musical que comparten sino hasta por la libertad gestual en la escena, de la que son deudores cantantes como Paulo FG o los líderes de La Charanga Habanera, NG La Banda y Van Van.
Hoy se pueden encontrar en CD Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo (Egrem/Artex, 1991), doce temas que incluyen boleros que hizo clásicos como Te quedarás y Oh, vida, mambos como Encantado de la vida y Locas por el mambo, éste último de su autoría, y otras obras conocidas como El bobo de la yuca y Me voy pa´l pueblo.
Con un título que intenta sentar pautas, la EGREM editó, en 1992, Benny Moré de verdad, un disco que incluye casi 20 canciones, entre ellas, las muy populares escritas por él: Cienfuegos, Santa Isabel de las Lajas, Qué bueno baila usted, Conocí la paz, No hay tierra como la mía y Mi amor fugaz. Y otras que no escribió pero que cantó como nadie: Maracaibo oriental, Preferí perderte, Elige tú que canto yo, Mulata con cola.
Este es uno de los CDs mejor editados. También en el año 1992, salió al mercado un disco EGREM llamado La Reina y el Bárbaro, con Celeste Mendoza y Benny Moré que, si bien no tiene una selección ejemplar, muestra nuevos derroteros para analizar otros matices de la obra del Benny.
En el 93 sale el CD Mambo en La Habana, también con el sello de la EGREM. El disco cuenta con cinco mambos; cuatro de su autoría: Locas por el mambo, Ensalada de mambo, Mamboletas y Bonito y sabroso. El quinto, imprescindible en su repertorio, es Encantado de la vida de Jústiz Barreto, ejemplo clave del llamado bolero-mambo, que al decir de José Loyola Fernández es "el estilo mambeado de acompañar ciertos boleros”.
Al año siguiente, sale al mercado cubano una joya: Benny Moré en dúos (Artcolor, 1994). Famoso también fue el Benny por los dúos que realizó, en vida, con los mejores cantantes de su época. Este CD cuenta con dieciséis canciones, siete de ellas cantadas con los mexicanos Pedro Vargas y Lalo Montané. Con el primero: Perdón, La vida es un sueño, Solamente una vez y Obsesión. Con el segundo: Encantado de la vida, Rumberos de ayer y Mucho corazón. También está su notable Guantanamera con Joseíto Fernández y otros dúos memorables con las Anacaona y Tony Camargo, entre otros. Este disco muestra como ninguno la polaridad del Benny no sólo al enfrentar diversos géneros sino al encontrarse junto al micrófono con otras voces y estilos de lo que salía siempre imponiendo su sello.
Un segundo acierto en los discos en CD que se encuentran actualmente en el mercado cubano, es Benny Moré Canto a mi Cuba (EGREM, 1996). Este disco es otra alhaja. Responde conceptualmente a lo que propone el título: mostrar la Isla a través de su canto. En sus cortes se encuentran: Santa Isabel, Me voy pá Morón, Adiós Palma Soriano, Cienfuegos, Marianao, Guantánamo, Santiago de Cuba y Manzanillo, y otros temas que denotan su origen campesino como Me voy pá'l pueblo, Soy campesino, Soy del monte, Guajiro y Cómo está mi conuco.
Estos discos del Benny en formato CD no son los únicos en la Isla. Se comercializan, además, discos antológicos y recopilatorios de la música cubana donde aparece, a veces, como autor y como intérprete, en su mayoría. De ellos, el más reciente, Soneros Mayores Vol. 3 con el sello BisMusic, incluye Qué bueno baila usted y de la EGREM, en la serie De Cuba su Música Vol. IV, Santa Isabel, y en el Vol. II, Bonito y Sabroso.
Habría que llamar la atención sobre este fenómeno pues el carácter repetitivo de muchas de sus interpretaciones podría crear un círculo peligroso que, más que ayudar a difundir su obra, favorezca a su rechazo por reiterada, cuando todavía hay tanto en los archivos por remasterizar.
No sería ocioso repetir las variantes que han tomado disqueras de España o Canadá quienes han reeditado los LPs en CDs íntegros, tal y como los grabó el Benny. De ese modo se vuelven a encontrar Así es Benny o Paren que llegó el Bárbaro (Discuba/Manzana, España).
Existen otros dos CDs de excelente factura que intentan captar la obra del Benny, tanto por sus valores interpretativos como por sus dotes de autor de notables canciones. El primero: Benny Moré, El Bárbaro del Siglo (BisMusic/Colección Tributo), que reunió en un solo proyecto a los mejores cantantes e instrumentistas soneros y timberos del país con arreglos de Emilio Vega y A. Thompson. El segundo: Tony Calá canta a Benny Moré (Caribe Productions), con arreglos de J. Luis Cortés, de NG La Banda.
Quizás esta última fase de la difusión de la obra del Benny sea la mejor manera de hacer trascender su obra. Por mucho tiempo pensé que nunca se acometerían proyectos de tributos y homenajes, que no quedaría registrada su obra con arreglos más contemporáneos. No obstante, mi sueño es entrar en una tienda de discos en Cuba, en este siglo XXI, y que mi hija me señalara, en un stand, varios CDs de músicos cubanos del siglo XX y que, entre ellos, estuviese uno de Benny Moré para poder contarle, también, parte de mi historia.
foto: de la web salsacuero y timbal.
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