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sábado, 25 de noviembre de 2017

Vaya Papaya. Texto de Cabrera Infante y lienzos de Ramón Alejandro.

En el Monte i en la Playa\ En la roca i en el Prado/ Cantar quiero entusiasmado\Lo dulce de la papaya. José Nápoles Fajardo.

El texto ¡Vaya papaya! del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante,  de 1992.  Se enfoca en la simbología diacrónica de una fruta descollante de  la obra plástica del pintor y grabador cubano Ramón Alejandro nacido  en La Habana en 1943 y radicado en París desde 1963. Dicha variación  transgenérica no se limita a la escritura meramente ecfrástica sino que  acude también a la intertextualidad e intericonicidad poniendo de realce  las dos vertientes privilegiadas por el escritor, el erotismo protagonizado  por la fruta codiciada y el sadismo circundante, alegóricos de una cubanía  amenazada y subversiva.
Conocí a Ramón alejandro en París en el 2007. Comimos en un restauran en Pigalle y me dedicó este libro. Fuimos a su casa en París y vi su obraen casa y quedé realmente impactado con muchos de sus lienzos. Con un erotismo marcado por la negritud y las frutas cubanas. 
El premio Cervantes cubano Guillermo Cabrera Infante dice de él:
"Hay que decir que Alejandro comenzó cultivando un sadismo surreal hecho de puyas y de pullas, que en Cuba son sinónimos absolutos. Pero pronto el pintor vió la luz y abrió la papaya que Lam siempre encontró cerrada, sus grandes labios sellados para no decir esta boca es mía. Las papayas de Alejandro son francas; abiertas y presentan lo contrario deuna infibulación: una ofrenda de amor y de humor."
Nota:
FrutaBomba. Crica, sexo femenino en Cubano. 'Bollo' en Cuba. 'Coño' en España. En lenguaje soez ( choni)  ¡ Chochooooo! Se llaman entre amigas de la periferia de Barcelona, o ciudades dormitorios,  o usando el lenguaje de forma simpática. Aunque a muchas no le gusta. En Cuba también hay lenguaje choni maravilloso. Cabrera Infante cita en su texto a Liborio Libre quien compuso con un tres, guitarra cubana de seis cuerda aparejadas de dos en dos...
A Soraya
Le apestaba la papaya.
Le gritaban 《¡Sola vaya!》




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